Podrás correr, pero nunca podrás escapar del chancletazo de una madre
Nos somos pocos los que hemos salido huyendo de nuestra madre después de liarla, no vaya a ser que la cosa se ponga tensa. Lo que no pensaba esta joven es que no podría huir de la chancla olímpica de su madre, ¡menuda puntería!